Vale Garzón transforma emociones en música pop
Vale Garzón conectan vivencias personales con su audiencia a través de letras auténticas y relaciones significativas.
Vale Garzón ha encontrado en la música un vehículo de conexión profunda con su audiencia. Su propuesta pop se distingue por letras que nacen de experiencias personales y relaciones cercanas. En su más reciente trabajo, La Sala, la artista refleja un sentimiento compartido por muchos: el deseo de detener el tiempo cuando se está rodeado de personas amadas. “No les ha pasado que están con sus amigos… y solo duran ese momento, como que nunca se acabe”, expresa con nostalgia.
Esta canción nace de una conversación íntima con sus productores Kaiser y Aníbal Campillo, y captura ese instante efímero y precioso en el que la vida parece detenerse. “Siento que algo que me ha dado muy duro de crecer ha sido ver que las personas que amo en mi vida van cogiendo sus rumbos”, confiesa Garzón. La inclusión de sus amigas en el videoclip refuerza el componente simbólico y emocional de esta producción.
Una conexión real musical
Desde pequeña, Vale Garzón ha escrito desde el sentir. La honestidad de su narrativa ha cultivado una conexión genuina con su público. “Yo escribía muy desde mis vivencias… uno genera como una complicidad con la gente”, afirma. Esta autenticidad no solo la ha consolidado como cantautora, sino que también la ha acercado a otras mujeres de la industria.
“Nos hemos acompañado, caminamos de la mano… no hay una comparación, una envidia”, destaca. Esta sororidad ha impulsado su crecimiento artístico y humano, dándole más fuerza al propósito de su música: conectar, acompañar y sanar.
Para Garzón, la realización profesional no es un destino, sino un proceso que ya está viviendo. “Yo creo que ya estoy haciendo lo que siempre he soñado”, afirma con convicción.
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