¿Cómo afectó en tu visión de la vida?

Ya acabas de decir mi edad. Bueno, ese 28 de septiembre de 1980 nació Jorge Andrés Alzate Ríos, hijo de unos misioneros cristianos, el primer hijo de. De esta pareja somos tres hijos e inicia literalmente mi niñez hermosa en medio de la escasez económica en la que muchos nacen en este país: nací yo. Pero lleno de amor y nunca me faltó absolutamente nada. Me vine a dar cuenta, que había escasez por allá en la adolescencia. Mi papá se encargó de que nunca nos faltara un plato de comida.

A los 20 años hacemos una cuenta de en cuantas casas habíamos vivido y yo viví en 21 casas. Entonces mis papás eran nómadas Aprendí demasiado con ellos, me la pasé para arriba y para abajo con ellos.

La música empezó a los ocho años, obligado por mi mamá, me mandaba en chancletas desde la cocina para obligarme a sentar en el piano. Y más o menos a los 13 años le agarré el gusto a la música. En esa etapa empecé a escribir y a escribir y ya. El gusto era tanto que los tenía locos en la casa; en esos tiempos tocando piano -menos mal, no era baterista- (risas). Y así fue como inició la vida de Jorge Andrés, como músico y como compositor.

El sueño americano

Me fui a muy temprana edad, a los 19 años para Estados Unidos porque me di cuenta que aquí en Colombia las oportunidades para mí no estaban eh literalmente a disposición. Y entonces me fui emigrante y empiezo otra historia por allá.

¿Qué canción te dio el clic de decir yo quiero dedicarme a la música?

 Yo no recuerdo qué canciones exactamente, pero, literalmente me sentaba en el piano a hacer una canción diaria y esa era una obsesión para mí. Muchas de esas canciones ni sé dónde están ni las recuerdo porque la vida del compositor muchas veces es como algo necesario.

Yo no escribía canciones pensando en que las iba a grabar, que las iba a cantar o que las iba a vender. No era como una necesidad de hacer música. Y hoy en día todavía literalmente hago muchas canciones que nadie conoce y muchas de ellas se han ido a la caneca de la basura porque sencillamente fueron un espacio que tuve en un avión y cuando las reviso me digo: ‘comercial, no es, sencillamente me sentí bien haciéndola, pero va pa la basura’.

En esa época en la que vendías mangos en la calle con tu hermano, ¿cómo fue descubrir tu voz en medio de tantas distracciones?

Yo era más compositor que cantante. Esto de cantar llegó cuando mi hermano y yo estábamos luchando por sacar adelante el proyecto musical de mi hermana. Ella era la cantante de la familia y era la que iba a ser la bonita, la que cantaba hermoso. Entonces mi hermano era el mánager y yo era literalmente yo creo que el productor, el compositor, el inversionista. Entonces, cuando no nos funcionó con mi hermana, cuando nada absolutamente funcionó con ella, no porque ella no fuera buena, sino porque a veces en esta industria, ni siendo bueno ni teniendo el apoyo económico, se llega a algún lado.

Nos pasó eso con su proyecto: no llegamos a ningún lado, casi nos vamos a la quiebra. Ahí fue donde tocó decidir. Bueno, continuamos en la música con este sueño. ¿Quién es el que sigue? Y ahí fue donde me tocó descubrir que si cantaba. Aunque al principio me tocó literalmente estudiar duro, tener técnica porque no se me dificultaba literalmente tener varios shows al mismo tiempo. O sea, eso al principio fue tenaz.

Bueno, como tú dices, llegan los finales de los 20, te vas a Estados Unidos y es un proceso migratorio duro, tienes muchos trabajos ¿Había espacio para la música en ese momento?

Bueno, sí a los 19 años me fui emigrante para Estados Unidos, sí había espacio para la música. Aunque en ese momento era muy difícil porque yo estaba tratando de sobrevivir y había llegado es adaptarme. No tenía dónde vivir, viví un año y ocho meses en las calles de Los Ángeles, California.

Tenía tres trabajos y por eso vivía en las calles. No valía la pena gastarme la plata en un cuarto de apartamento o en un garaje que muchas veces llegué a vivir fue en un garaje. Entonces me la pasaba en la calle. Salía de limpiar burdeles a las 3 o 4 de la mañana y me iba a trabajar en construcción hasta por la tarde. De ahí iba a cuidar a unos viejitos y otras a manejar carros… mejor dicho, no había tiempo de nada.

Cuando tocaba bañarnos, nos bañábamos a veces en los albergues o dormíamos en la estación del bus unas dos horitas. Definitivamente, le dábamos manejo, pero así fue como pude ahorrar dinero estabilizarme en Estados Unidos y el sol me empezó a brillar mucho más. Hasta que llegó el momento de decir: ¡no más! voy a hacer un último intento y sale ‘Maldita traición’.

Pero era tu punto final. Tú decidiste Si esto no funciona, renuncio., así que… ¿cómo fue ese momento?

Ya había pasado mucho tiempo en Estados Unidos. Yo había literalmente logrado unos ahorros y me regresé con el sueño de sacar adelante mis letras. Ahí ya lo habíamos intentado con mi hermano, estábamos intentándolo conmigo. Recorrimos Colombia por cinco o seis años. Nada funcionó, nadie nos paraba olas, nadie nos daba ni siquiera el saludo.

Y literalmente, después de estar luchando, yendo y viniendo de Estados Unidos y me traía unos ahorritos para Colombia: me gasté todo y nada funcionó. En ese momento, decidí literalmente casi tirar la toalla. Y mi hermano, después de cinco años y medio de trabajar conmigo, recorrerse el país entero, me dijo: ‘Grabemos la última canción, por favor y nos retiramos’. Así no funcione o no pase nada con ella. Yo no quería invertir un peso más en mi carrera. Ya habíamos grabado varias canciones y no había pasado nada. Hasta que un día le tarareaba ‘Maldita traición’, la cual no estaba terminada. Estábamos en un viaje y veníamos entrando a Medellín. Y él me dijo esa es, termínala. La terminé, la dejé grabada y me fui del todo para Estados Unidos a volver a empezar de cero porque yo también tenía abandonada mi carrera de emigrante y negociante.

Mi familia estaba mal y estaba a punto de divorciarme. Literalmente estaba en un momento muy difícil de mi vida, también frustrado conmigo mismo porque no había nada. Me sentía un fracasado y resulta que había dejado la semilla más increíble en Colombia. Un día, empieza a llamarme mi hermano y me dice: ‘marica, aquí se nos pegó una canción’; y yo no le creía, yo no le pasaba el teléfono, yo no le paraba bolas, hasta que dijo si usted no viene y ‘frentea’ lo que está sucediendo, voy a decir que yo soy Alzate. Entonces ahí decidí regresar a Colombia y ese viaje fue mágico porque yo recuerdo que cuando aterricé en el José María Córdoba de Medellín, fue la vez que yo sentí que esta vez sí. Y desde ese día yo no he parado.

Tras esta lucha, ¿qué representó el éxito para ti y tu familia?

Una locura. Mi carrera despega muy fuerte, no solo con un solo éxito, sino con 18 al mismo tiempo. Yo literalmente era famoso, bueno, mi música era la famosa. Yo no era el famoso, yo podía caminar e ir a cualquier lugar y nadie me reconocía.

Varias veces entré a una cantina a tomarme una cerveza y estaban escuchando mi música y nadie sabía que yo estaba ahí. Mi música, mis letras eran más famosas que mi cara. Yo no tuve tiempo de ir hacer medios, de venir a hacer entrevistas, de darme a conocer. La gente no sabía si era joven, si eran niños y adultos, si era lo que fuera la gente. Estaban pegados de mis canciones.

Para mí era un lujo porque yo podía literalmente vivir, trabajar de mi música sin ser famoso, porque a veces la fama trae sus cositas “maluquitas” y yo era feliz viviendo mi vida, hasta que se volvió famosa la carita de Jorge Andrés Alzate en ese primer concierto.

¿Qué recuerdos tienes?

Mi primer concierto fue Enlaces Antioquia, me pagaron 3 millones de pesos. Nos dieron un adelanto de 500.000 y nos los fuimos a tomar en el parque a celebrar. Claro, celebramos que por fin, después de casi seis años, alguien me contrataba, alguien pagaba por escucharme. Ese concierto canté por ahí ocho veces ‘Maldita traición’, era la única que estaba pegada.

Luego llega tu segundo álbum ‘De regreso al dolor’, ¿qué pasaba en tu vida en ese momento? ¿Por qué esas canciones?

Ya estábamos en el furor de la fama cuando salió ‘De regreso al dolor’. Después de esas 18 que estaban pegadas en todo el país, ya era el Alzate de hoy en día y estaba pasando por momentos de tristezas personales y decidí hacer de verdad una producción de despecho que me pegara a mí primero pa que le pegara después al resto del mundo.

Tú has hablado abiertamente de haber sufrido y superado una depresión, ¿La música te ayudó?

¡Claro, que sí! En mi familia varias personas, mi abuelo, mi mamá, tienen unos desbalances. Eso es algo médico y yo no había querido ponerle atención a eso. Siempre la he vivido y yo creo que va a estar conmigo para el resto de mi vida, porque hoy en día que ya sé lo que tengo. Los desbalances hoy en día se controlan con medicina y en ese momento, al ser tan reacio, al no creer que yo podía tener la necesidad de consultar, de buscar ayuda, me ayudaba yo mismo a tratar de salir de momentos que yo creía que eran producto del exceso de trabajo.

Y sí, sí había exceso de trabajo, sí había soledad, pero había otras cosas. Consulté, busqué ayuda porque ya me estaba enloqueciendo todo estaba bien, pero yo triste, todo estaba perfecto, pero yo estaba mal. Entonces yo dije yo si tengo que tener un problema, consulté y me han ayudado mucho, hoy me siento muy bien y he podido ayudar a muchas personas que no creen que tal vez necesiten consultar y buscar ayuda.

Ahora, me tomo mis medicinas juicioso y trato de trabajar muy bien y, cuando siento momentos que están llegando a mi vida, por lo menos ya sé qué es lo que tengo. Entonces yo digo a parar esto.

¿Estamos hablando de regreso al dolor? ¿Crees que haya afectado un poco ese momento? ¿Cómo te sentías?

¿El despecho? Hablar del dolor, que también lo vivimos todos. Como compositor: soy bohemio, soy melancólico y soy nocturno. Entonces muchas de esas cosas nos afectan y pues literalmente vivo del despecho. Entonces, mi música tiende a estar direccionada es al momento más triste de los seres humanos, cuando han hecho daño y cuando les hicieron daño.

A veces eso sí afecta. Es cierto. Yo me he sentado a hablar con personas muy felices, muy alegres que me dicen: ‘no escucho tu música porque me pone muy triste’. Pero también conozco gente muy alegre que no tiene que estar despechada y le encanta la música de despecho. Pero sí, soy muy melancólico y eso puede llegar a afectar.

A mí me encanta sentarme en el piano en un día lluvioso a componer, incluso de noche. Me encantan los días que llueve. Así como a unos les gusta es el sol y la playa, a mí me gusta literalmente las ciudades oscuras. Las ciudades que son metrópolis y la noche me encantan. Yo soy nocturno y mi composición, mi creatividad, llega es a la madrugada, definitivamente a esa hora. para mí es pecado estar levantado ahora.

Esta no es tu hora, sin embargo, estás aquí. ¿te has animado a otros géneros a cantar otros formatos? ¿Has estado por esa búsqueda o no?

Me gusta de todo, literalmente. Como soy pianista, a la hora de hacer música me gusta explorar demasiado y sea lo que sea que haya salido, que casi nunca es musicalmente despecho. Ya en el estudio lo amarramos a la música popular, es cierto. Pero, yo me disfruto mucho mi proceso de composición. No escucho muchas veces mi propia música. No me gusta ser víctima de mi propio invento. Trato de escuchar otros géneros a la hora de hacer música para no repetir.

¿Dónde ves en unos años el género? ¿Qué va a pasar con él?

Ha evolucionado demasiado porque yo recuerdo que mi género solamente lo escuchaban los abuelitos, las abuelitas, las tías, los tíos. Hoy en día la juventud. Entonces, m género ha evolucionado demasiado y lo veo aún más grande en el futuro. Hoy le ponen nombres como música agropecuaria, que es la misma cantina, es el mismo despecho que vienen escuchando nuestros abuelos y que una nueva generación le ha dado muchos aires. Yo le he dado una identidad a mi propia música. Mis colegas tienen su propia marca, pero al fin del día, es despecho.

¿Tú has dado muchos títulos que agropecuarios, que cantina, cómo lo llamarías tú? ¿Cuál es tu estilo?

Para mí es la música popular. Le quieren poner música regional colombiana, pero para mí es una música popular. 

‘Maldita traición’, sé que no hay una fórmula para hacer arte, pero, ¿tú dirías que marcó un camino’?

Sí, ‘Maldita traición’ fue literalmente la gota que hizo rebosar el vaso de la insistencia. ¿Cierto? Y dio a conocer el resto de las muchas canciones que se pegaron de una después de maldita traición. Me hubiera gustado que se hubieran pegado una por una al año. Pero, se pegaron todas… Si yo pudiera enmarcar Maldita traición o no sé hablarle, darle las gracias, ¡lo haría! Después de ella llegaron muchas canciones que también tengo que agradecer, ‘Ya me cansé’, ‘Ni que fuera la más buena’, ‘Amor verdadero’, etc… Me gustaría hablarles y darles las gracias.

Hablemos de nueva música, ¿Qué está pasando?

Los estrenos de Alzate en este momento son dos, ‘Me volviste un borracho’, la cual es una canción escrita por mí. Es espectacular y muy especial porque pude grabar el video en un pueblo y logré que todo el mundo fuera el actor del video. Eso,fue un día espectacular en Ciudad Bolívar, Antioquia, ese martes se paralizó todo el pueblo para grabar este video. No fue fácil, casi siempre en los videos son 234 personas en un set. Aquí el pueblo fue literalmente el que hizo el video y es una letra espectacular para esas personas que les ha regresado un amor justo cuando ya han pasado la tusa.

¿O sea, ahí cómo manejas tú eso? Pero, ¿cómo manejas tú esa producción?

Es una canción muy especial para mí y decidimos metérsela toda. Siempre quisimos grabar en un pueblo y se fueron dando las cosas. Tocó juntar a todo el mundo allá en Ciudad Bolívar, la administración, la Alcaldía, toda la gente se dispuso y entonces pudimos sacar adelante esto.

Y la otra canción que estoy promocionando es el dúo con El Charrito negro ‘Mi despedida’, que es todo lo contrario. Somos él y yo solos. Literalmente demostrando cuánto nos queremos y la amistad tan bonita que tenemos. Esta canción, le sirve a todos los que están en una relación que no les está sumando para nada; es decir, que están en una relación tóxica y necesitaban una canción para decir me tengo que despedir por las buenas.

Tú tienes un grito de guerra, “Alzate papá”, ¿cómo surgió?

Alzate papá es la firma de mis canciones. Desde las primeras que empecé a grabar, sin querer, nació. Yo creo que uno de los dichos y firmas más poderosas de la música popular, porque así es como me reconocen, así es como me llaman. A mí no me dicen Alzate, a mí me dicen ¡Alzate, papá! Y eso es lo que yo escucho cuando voy caminando por un aeropuerto o por donde sea.

Bueno, mi Alzate, agradezco a Maldita Traición y a ti por el espacio, ¿cuál es esa frase final que nos das?

Se vale soñar, pero no solamente soñar, sino camellar por esos sueños y literalmente, cuando la noche más oscura está no tirar la toalla porque muy posiblemente va a amanecer. Miren, yo casi la tiro. Entonces que yo sea un ejemplo de perseverancia para muchos, de lucha por los sueños y así estén literalmente ya abandonados o les estén diciendo locos, no tirar la toalla.