Sin embargo, su explosión mediática definitiva llegó con su segunda versión, una producción más cuidada de «I Was Made for Lovin’ You» de Kiss. El cover llegó a oídos de la legendaria banda estadounidense, que lo compartió en sus canales oficiales. Este aval provocó una ola de interés mediático nacional e internacional, sacándolos del anonimato y obligándolos a profesionalizar su proyecto de vida.

Tras aproximadamente dos años de intensa viralidad, Los Rolling Ruanas tomaron la que consideran la decisión más importante de su carrera: agradecer a los covers, pero reconocer que tenían una «fecha de caducidad». Decididos a dejar su propia huella, se enfocaron en componer música original. Este giro provocó una migración en su audiencia; perdieron a los seguidores de la viralidad momentánea, pero consolidaron un público fiel dispuesto a pagar una boleta y comprar sus discos. Este proceso fue fundamental para que la banda definiera su identidad y el mensaje que deseaba transmitir.

Su filosofía se centra en generar conciencia de que la música es un modo de vida basado en la disciplina, el esfuerzo y la constancia, más allá de la fama o el dinero. Entienden que, si bien tuvieron un golpe de suerte, el verdadero reto ha sido «surfear la ola» durante más de una década, capitalizando ese momento para encontrar su propósito artístico.