Una artista en constante transformación

Yo llego a Caracol y me dicen, mídete esto, mídete lo otro. O sea, todo lo que tenían allí me quedaba y para mí fue súper importante, súper emocionante porque realmente era algo que yo estaba persiguiendo durante muchísimos años, pero llega en el momento en que yo estoy trabajando musicalmente en algo de pop y era súper pop de hecho este canal me apoyó muchísimo en todo este movimiento de pop y de pronto estoy haciendo es pop-ular.

Había una lista que siempre hacía que decía un día yo voy a tener: Casa, carro, beca, perro, viajes, portadas… Pero, un día antes de tener mi encuentro con Dios, yo chuleé todo y me dije: ‘ya no quiero viajar, quiero dormir en mi cama’. En ese momento pensé, se me acabaron los sueños. Y ese pedazo era un conflicto conmigo misma; seguramente hay artistas que lo han sabido manejar, porque seguramente han pasado exactamente por lo mismo que estaba pasando en ese momento. Pero me sentía como tan blandita en mi corazón con Dios y es cuando decido grabar un EP con canciones para dios y fue de las mejores cosas que he hecho en la vida… de las decisiones más lindas, aunque me ha cobrado durante años, pero yo creo que tenía que pasar por ahí porque finalmente yo soy un artista.

De Adriana Pop a Adriana Popular

Yo no soy una fachada que vende algo. Claro que lo vendo porque soy artista y a esto me dedico. Pero no puedo estar simplemente mostrando algo que no sea. Muestro lo feo, lo bueno, mis etapas, mis años como van pasando, mi juventud. Todo tiene que ir allí. Por lo tanto, mi vida espiritual no la podía esconder. Me rebozaba de dicha o de tristeza. Todo se va allí en cada canción que hago.

Entonces, cuando salgo y muestro y le digo, a Dios, tú eres mi diseñador, que así se llama este EP, para mucha gente fue como, ¿y esta que le pasó?, o sea, ¿no supo manejar la fama?, ¿se cree Madonna?, ¿qué le pasó?, ¿qué ridícula?

Pasó el tiempo y cuando iba a compartir a un grupo de personas lo que yo sentía como un testimonio. Ya me decían ‘pastora, siga por acá’; y quedaba tipo: ¿pastora? Y yo decía ‘yo no soy pastora, yo soy una persona normal, soy un artista normal. Yo me quiero religiones, yo me la pasé en una religión de niña, me ponía la falda larga. Yo no me quejo, tengo buenos amigos y con algunos nos queremos como hermanos. Pero, no me dejaban maquillar, no me dejaban bailar, no me dejaban ver televisión, no me… una cantidad de cosas religiosas de las que he huido durante años, o sea, lo que yo menos quería que me dijeran era ‘‘pastora Adriana’’, no porque eso sea gracioso, lo entiendo que lo hacían con un respeto muy lindo, pero eso es una vocación, no era mi vocación’.

Cuando veo todo lo de Wendy, te lo dije ahora, era finalizar una etapa de Adriana Pop, a convertirse en una Adriana Popular. Entonces me doy cuenta de que llevaba muchos años haciendo música mexicana y buscando un sonido diferente al que ya tenía, con que la gente ya me identificaba y con la diferencia que ahora me gustaba mucho.

La creación de un sonido propio

Cuando empiezo a entender, como esa identidad artística dentro de todo, me empecé como a reír, yo creo que uno está buscando muchas cosas cuando lo que realmente no hay que buscarla tan lejos, y me di cuenta de que era una de las pioneras de la música popular y que no le estaba dando suficiente valor a eso.

Después recordaba también que la música de la hija del mariachi con la voz de Rosario hizo que la gente reconociera mi voz de una manera única. Así no supieran que yo había grabado las canciones de Rosario, me decían, ¿cantas igualito a la hija del mariachi? Y me daba risa y les decía, es que yo soy la voz de la hija del mariachi.

Entonces, empiezo a buscar es dentro de la misma sonoridad popular elementos nuevos y empecé a poner cosas como con un estilo mucho más personal. Para esto, empecé a investigar y me fui a México un tiempo como escuchando sonoridades de banda sinaloense con otra norteña buscando elementos. Con todo de esa herencia mexicana que tenemos, pero también con mi herencia colombiana y vamos a ser aquí un revuelto. De esta manera, me armo acá una banda, con 18 músicos, tipo sinaloense, pero jamás va a sonar como sinaloense mexicano, no. Tiene una identidad. Tocamos raspas, cumbias, popular, norteño y todo tiene una sonoridad especial. Y hemos estado trabajando en un nuevo sonido, le puse cumbiranchera. Es un código personal, pero así es como una cumbia-ranchera, ahora con metales, con papayera.