La identidad musical de Tunjo

‘‘Hace 4 años que empecé en esa búsqueda de cómo quería sonar… fue como mirar cómo se podía mezclar el regional mexicano respetando, pues, su sonido natal, ¿no? Y mezclarlo un poco con nuestro sonido.

He trabajado en todo. Vendía productos de aseo puerta a puerta, trabajé como secretario, trabajé en valet parking… trabajé en Estados Unidos como Frondes, que es como la persona que recibe encomiendas, pero también tiene que hacer la ronda de seguridad. Siento que todo esto también te da ese valor, ¿no? Y te da como esa fuerza de decir, al momento ¡lo logré!, me va a recordar todo el tiempo, qué tuve que hacer y cómo llegar a este punto, ¿no? Porque siento que a veces cuando, hay un ejemplo muy claro, cuando uno le regalan algo, si se le pierde es como, ah, pues, pero cuando tú lo compras tú mismo y se te pierde es como juepucha, pero entonces es darle como el valor a las cosas y siento que es algo que siempre va a recordar qué tuvimos que hacer y bueno, valorar todo lo que ha pasado y por qué estamos donde estamos.

El alma gemela de Tunjo

Mi Papá ha sido mi mano derecha, mi mejor amigo. Siento que no sé, desde muy pequeño es como mi alma gemela, le digo yo. Ha sido una persona que ha estado para mí incondicionalmente, que me ha apoyado desde un principio sin pensar que pueda pasar o no.  Entonces siento que él es como ese hombre que me inspira a seguir soñando y que ver a muy corto plazo, si Dios lo permite, cumplir sueños juntos.

Cosas que me cuenta papá, es desde que yo nací, él me llevaba en el carro a hacer vueltas a todos lados a su trabajo y en una de esas, pues, no me estaba junto a él, estaba con mi madre en una es como un pueblito vereda en el Carmen de Chucurí en Santander y en una de esas para uno comunicarse con él tenía que irse esas casetas de comunicaciones porque no había como más.

Entonces, en esas, en una llamada, le digo yo, ‘Pa, yo quiero irme, yo no quiero estar más aquí, yo quiero estar es contigo. Ven que yo voy a estar en una montañita con una bandera blanca esperándote para que no pierdas el camino’. Entonces fue como para él, creo que eso es una historia que siempre que me la echa se le aguan los ojos, pero también una historia bonita, ¿no? Ver como uno de un niño de 3 o 4 años tiene esa conexión bien bonita.

El sello de Tunjo

Como en Ángela a demonio y mis canciones lleva muy marcado lo que es las docerolas. Esta canción lleva toroloche, pero también lleva ese sonido urbano que nos caracteriza a nosotros los colombianos, con grandes exponentes que tenemos a nivel mundial y mi voz que le aporta ese pop.

Entonces, llegamos como a un balance y pudimos lograr este sonido que realmente ha conectado un montón y la gente se siente identificada, ¿no? Porque al final podemos hablar de desamor y el ritmo también te da esa posibilidad de… ¡Ah, sírvame un tequilazo!’’.