Junior Posada olvida el desamor con ‘Un par de tragos’ – Lente Musical
A ritmo de despecho, el cantante de música popular, Junior Posada, se sincera sobre el duelo del desamor en su nuevo sencillo Un par de tragos. El intérprete, consolida 10 años de carrera artística con una canción dedicada a todos aquellos que han sido víctimas de la infidelidad. A su vez, recuerda sus inicios y su experiencia al presentarse en Europa.
El legado del despecho
El indiscutible talento y carisma de Junior Posada lo han llevado a sembrar una carrera artística en la que la paciencia es el principal ingrediente. El cantante confiesa que ser hijo de uno de los intérpretes de despecho más relevantes de Colombia, lo motiva a llegar a ese nivel. Si bien su padre Luis Alberto Posada, la ha apoyado en su carrera, Junior, agradece a su madre por haberlo impulsado como artista. se presentó en diferentes escenarios de tierras españolas.
Conservando su carisma y el talante de su legado artístico, el joven ha destacado por mérito propio en la industria. Junior, recibió clases del maestro y compositor Gabriel Echeverry, con quien trabaja desde los 14 años y quien le dio la oportunidad de interpretar la que considera es su carta de presentación: ‘Acaba de una vez’.
Este gran éxito llevó al joven a destacarse y No seas terco, son algunos de los tantos temas con los que el artista realizó su primera gira en Europa. En el viejo continente tuvo la oportunidad de compartir con miles de personas su arte y conocer diferente ciudades como: Málaga, Pamplona, Valencia, entre otras.
Proyección del cantante
Junior Posada hace parte de las nuevas generaciones del despecho que con esfuerzo y dedicación espera algún día colaborar con artistas de la talle de Charrito Negro y Marco Antonio Solis. Por ello, producciones como Un par de tragos, refleja el talento del joven. En cuanto al video musical, el joven deseaba plasmar la realidad del despecho, por ello, el clic es «rústico» y, se grabó entre Quindío y Valle del Cauca. Entre las anécdotas el cantante recuerda la escena de un carro precioso, el cual no pudieron movilizar.