Mauro de Guzmán: El violinista colombiano que fusiona lo clásico con lo actual en su proyecto musical
El artista rompe esquemas al acercar el violín a nuevas generaciones.
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Desde los seis años, Mauro de Guzmán encontró en el violín no solo disciplina, sino la pasión que marcaría su vida. Lo que empezó como una decisión de sus padres terminó convirtiéndose en su propósito: inspirar emociones profundas en el público y demostrar que el violín puede trascender la música clásica.
Su propuesta rompe paradigmas, interpretar desde Vivaldi hasta “Despacito”, fusionar géneros como rock, pop, afrobeat y house, y hacerlo dentro de un espectáculo visual con luces, pirotecnia y violines iluminados que responden a la música en tiempo real.
“Quiero que el violín deje de verse como un instrumento elitista y que llegue a todos, que emocione sin importar el género”, afirma Mauro.
¿Cómo descubriste tu pasión por el violín?
Empecé a tocar el violín a los seis años gracias a mis padres. Al principio no me gustaba porque exigía estar quieto y mantener una postura rígida, algo difícil para mí que era inquieto e hiperactivo. Todo cambió cuando una maestra me enseñó la canción infantil “Estrellita”: esa melodía me marcó y desde entonces me enamoré del instrumento. En el Conservatorio del Tolima llegué a practicar hasta cuatro horas diarias, gané concursos desde muy niño y, en grado once, ofrecí un concierto que me transformó. Ese día descubrí que podía emocionar al público y comprendí que el violín sería mi camino de vida.
¿Qué buscas transmitir con tu música?
Cada vez que toco quiero que la gente sienta emoción y pasión, porque para mí el violín es una extensión de mi voz y lo utilizo para contar historias que llegan al corazón. Mi meta es que quienes me escuchan se enamoren del instrumento y descubran que puede expresar tanto como una voz humana aunque no tenga palabras, y cuando logro que alguien se conmueva con mi música siento que cumplí mi propósito.
¿Cómo logras que el violín sea popular?
Nunca me gustó que el violín se viera como un instrumento exclusivo de la música clásica o reservado para ciertos círculos. Siempre quise que la gente lo percibiera como algo cercano, emocionante y capaz de adaptarse a cualquier género. Por eso empecé a interpretar canciones populares como “Despacito” y a fusionar el violín con estilos como el pop, el rock o la música colombiana.
Hoy esa propuesta se complementa con un show visual que incluye luces, pirotecnia y violines iluminados que se sincronizan con cada nota, creando una experiencia que no solo se escucha, sino que se vive, con el violín como protagonista.
¿Qué viene en tu carrera?
Este año estoy trabajando en mis primeras canciones originales, un proyecto muy especial en el que mezclo lo clásico con géneros contemporáneos como el afrobeat y el house. Aunque es un reto porque son estilos en los que la gente espera voces, mi apuesta es que sea el violín quien hable. El lanzamiento llegará con un concierto oficial donde quiero mostrar todo el potencial y la versatilidad del instrumento, y con ello acercar a más jóvenes a este instrumento para que lo vean como un vehículo capaz de emocionar y conectar con la música de nuevas maneras.
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