Jay High encuentra su lado personal en ‘The Redmen’
‘The Redmen’ de Jay High cuenta errores, aprendizajes y nuevas oportunidades.
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“Yo más que buscar la música, la música me ha encontrado a mí”, confiesa Jay High al hablar de su trayectoria. Desde niño la escritura fue su refugio y aunque no pensaba dedicarse a la música, terminó encontrando en ella su forma de desahogo.
Su nuevo álbum The Redmen nace de una herida profunda: su divorcio. “Al principio fue muy difícil porque tenía que abrir heridas para poder cerrar por completo el ciclo. Pero le agradezco a ese proceso porque me llenó de experiencia y me hace hoy una persona más fuerte, más capaz”.
Jay High grabó cerca de 60 canciones, de las que eligió nueve para darle vida a un concepto sonoro y visual que mezcla dancehall, reguetón y hip hop, y fue precisamente en temas como Castigo o Bermejala donde encontró el punto de quiebre que le permitió cerrar ciclos, aceptarse y resurgir. “Ahí fue cuando sentí que el Fénix abrió las alas otra vez”, confiesa.
¿Cómo empezó tu relación con la música?
Nunca pensé dedicarme a esto, pero siempre fue mi manera de desahogarme. De niño escribía poesía, cartas para enamorar y cosas románticas. Mi papá me regaló una guitarra en la primera comunión y aunque no sabía tocar, ahí empezó todo. La curiosidad me llevó hasta aquí.
¿Qué significa The Redmen?
Más que un álbum, The Redmen es un concepto visual y sonoro que representa mi transformación. El hombre de rojo simboliza resiliencia, pero no soy solo yo: The Redmen somos muchos. En los visuales aparece un sofá, y ese sofá soy yo en mi zona de confort, enfrentando lo que no quería escuchar hasta que decidí soltar y renacer.
¿Cuál es el mensaje de tu nueva etapa?
Quiero mostrar que la vulnerabilidad no me hace débil sino real, porque aunque me he equivocado y he fallado, esas experiencias me hacen único; nadie ha vivido lo que yo viví ni ha sentido lo que yo sentí en el momento en que lo experimenté, y por eso lo que quiero dejar es música orgánica, con verdades y no con apariencias.
Tengo claro que no quiero ser parte de la fugacidad del género urbano, por eso hago música desde cero, de manera auténtica, y si hablo de fiesta también cuento la consecuencia, porque al final eso es lo que vivimos muchos.
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